Jean Baptiste, joven de tez blanca, cabello negro, con características intrínsecas muy peculiares.
Desesperado, vehemente y casi al borde de la locura, Jean Baptiste ansiaba crear un perfume perfecto, con aromas inexistentes, desconocidos e inimaginables.
La independencia y la perseverancia eran su escudo de vida, “El fin justifica los medios “su lema moral, caprichoso pero con una extraordinaria habilidad olfatista, capaz de diferenciar el olor del los estados de ánimo, con el olor de la sangre que corren por las venas, capaz de diferenciar el olor del sendero del campo por el cual la gente pasa, con el olor de la orilla del mar, tal era su sorprendente habilidad, que reconocía en un instante como estaba la persona con solo olfatear.
Todo inicio con un simple pero macabro pensamiento, logrando de todas formas su objetivo, el perfume perfecto, con el poder de controlar a las personas, Jean Baptiste quería hacerse un tipo de semidiós, pero al final termino dándose cuenta que de nada serbia manipular a las personas atreves de una máscara. No sería Jean Baptiste en las personas si no que más bien el perfume…
Desesperado, vehemente y casi al borde de la locura, Jean Baptiste ansiaba crear un perfume perfecto, con aromas inexistentes, desconocidos e inimaginables.
La independencia y la perseverancia eran su escudo de vida, “El fin justifica los medios “su lema moral, caprichoso pero con una extraordinaria habilidad olfatista, capaz de diferenciar el olor del los estados de ánimo, con el olor de la sangre que corren por las venas, capaz de diferenciar el olor del sendero del campo por el cual la gente pasa, con el olor de la orilla del mar, tal era su sorprendente habilidad, que reconocía en un instante como estaba la persona con solo olfatear.
Todo inicio con un simple pero macabro pensamiento, logrando de todas formas su objetivo, el perfume perfecto, con el poder de controlar a las personas, Jean Baptiste quería hacerse un tipo de semidiós, pero al final termino dándose cuenta que de nada serbia manipular a las personas atreves de una máscara. No sería Jean Baptiste en las personas si no que más bien el perfume…
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